
El amor es lo mejor que tenemos, y eso de que no tiene edad es muy cierto. La historia que os cuento es real y está sucediendo en estos días.
Mi querida amiga que llamaremos María para contar su historia tiene ahora 58 años, es abuelita ya, tiene un nietecito precioso, lleva un divorcio después de un matrimonio de 22 años y después una convivencia en pareja con otra persona de 10 años más. O sea que lleva un lastre grande con respecto al amor, más alguna que otra aventurilla o intentona. Ella es persona de vivir en pareja, no le gusta estar sola, no puede, no sabe.
Con esta pareja que mantuvo la relación durante 10 años, y después del amargo divorcio, ella siempre pensó que terminaría sus días con él, siempre pensó que era su media naranja hasta que le llegó la decepción y con ello el desamor. Con su esposo de 22 años, pues….que puedo decir. Entonces era muy joven y en aquellos años, una casi se casaba con quien te convenía no con quien querías. A pesar de ello él era una buena persona y sin duda si que estaba muy enamorado de ella. Le aguantaba toda clase de batallitas, siempre la perdonaba. Ella por su parte siempre decía que era como tener otro hijo más.”el mayor de la casa”.
Sin embargo en su cabeza durante todos estos años siempre rondo su primer amor, aquel amor imposible, medio platónico, aquel primer amor de los 15 años.
Pues como si se tratara de una historia de un cuento estas pasadas navidades, en un viaje de María a otra ciudad se encontró con aquel primer amor de los 15 años ¡increible! ¿ verdad?. Pues a día de hoy están de preparativos de boda. Ambos han pedido incluso la nulidad eclesiástica. No van poder recuperar el tiempo perdido por que eso es imposible pero si que están viviendo una ilusión. Están emocionados. Sus miradas lo dicen todo. Las facciones de la cara les han cambiado irradian felicidad. Después pues no sé, podrán o no podrá funcionar pero sin duda lo que están viviendo estos días es tan mágico que no piensan en que pueda pasar mañana, el hoy ya es suficiente.
Querida Geraldine, te he querido dedicar la entrada porque la suerte siempre te puede aparecer por cualquier lado, y cuando menos te esperes. La suerte más que perderse cambia de lugar y no vemos donde está. Ojala te guste.
Mi querida amiga que llamaremos María para contar su historia tiene ahora 58 años, es abuelita ya, tiene un nietecito precioso, lleva un divorcio después de un matrimonio de 22 años y después una convivencia en pareja con otra persona de 10 años más. O sea que lleva un lastre grande con respecto al amor, más alguna que otra aventurilla o intentona. Ella es persona de vivir en pareja, no le gusta estar sola, no puede, no sabe.
Con esta pareja que mantuvo la relación durante 10 años, y después del amargo divorcio, ella siempre pensó que terminaría sus días con él, siempre pensó que era su media naranja hasta que le llegó la decepción y con ello el desamor. Con su esposo de 22 años, pues….que puedo decir. Entonces era muy joven y en aquellos años, una casi se casaba con quien te convenía no con quien querías. A pesar de ello él era una buena persona y sin duda si que estaba muy enamorado de ella. Le aguantaba toda clase de batallitas, siempre la perdonaba. Ella por su parte siempre decía que era como tener otro hijo más.”el mayor de la casa”.
Sin embargo en su cabeza durante todos estos años siempre rondo su primer amor, aquel amor imposible, medio platónico, aquel primer amor de los 15 años.
Pues como si se tratara de una historia de un cuento estas pasadas navidades, en un viaje de María a otra ciudad se encontró con aquel primer amor de los 15 años ¡increible! ¿ verdad?. Pues a día de hoy están de preparativos de boda. Ambos han pedido incluso la nulidad eclesiástica. No van poder recuperar el tiempo perdido por que eso es imposible pero si que están viviendo una ilusión. Están emocionados. Sus miradas lo dicen todo. Las facciones de la cara les han cambiado irradian felicidad. Después pues no sé, podrán o no podrá funcionar pero sin duda lo que están viviendo estos días es tan mágico que no piensan en que pueda pasar mañana, el hoy ya es suficiente.
Querida Geraldine, te he querido dedicar la entrada porque la suerte siempre te puede aparecer por cualquier lado, y cuando menos te esperes. La suerte más que perderse cambia de lugar y no vemos donde está. Ojala te guste.